low cost y low fare

4 diciembre 2008 | By More

Los términos ingleses low-cost y low-fare corresponden, respectivamente, a bajo costo (bajo coste) y tarifas bajas. ¿De dónde surgieron esos términos?

El término low cost viene de low cost carrier (LCC), que se usaba inicialmente para definir una práctica gerencial que se empezó a desarrollar en algunas aerolíneas estadounidenses. Esta práctica defendía que, para aumentar los beneficios, las compañías aéreas tenían que reducir al máximo sus costos operacionales para maximizar las ganancias, ofrecer mejores tarifas y conquistar el mercado. Ese objetivo se conseguía a través de:

  • estandarización de la flota. Una flota compuesta por un único modelo de avión, preferentemente con pocos años de uso. Esto generaría una reducción en los costos de mantenimiento, de la compra de piezas de repuesto y de la gestión del stock de las mismas, además de una simplificación en el entrenamiento de pilotos y mecánicos.
  • utilización de los aviones el mayor número posible de horas por día. Un avión parado no genera ingresos, solo gastos.
  • incentivo al billete electrónico y a las ventas directas o por Internet, reduciendo el costo con papel y el pago de comisiones a terceros.
  • descuentos para billetes adquiridos con antelación y precios progresivamente más altos conforme aumenta la ocupación del avión. Introdución de multas más elevadas para cambiar de fecha o ruta, obtener el reembolso del billete o en caso de no show (no aparecer para embarcar).
  • reducción de los servicios a bordo. Con la reducción o eliminación de los servicios a bordo, las compañías pueden reducir las áreas destinadas al almacenamiento de alimentos y bebidas dejando más espacio para colocar asientos, además de reducir un gasto operacional más.
  • configuración de los aviones con una única clase de servicio (la económica).
  • planificación continua de los gastos de combustible, realizando compras adelantadas para no sufrir con las fluctuaciones del precio del queroseno.
  • preferencia por vuelos cortos, sin escalas y operación en aeropuertos con tarifas menores o menos congestionados. Las escalas y los congestionamientos en los aeropuertos pueden generar atrasos, que tienen un impacto en el organigrama de viaje del avión durante ese día, además de aumentar costos.

Es difícil ver todos estos puntos aplicados en una única compañía aérea. Con el paso del tiempo, y dependiendo de la competencia y de los países en los que actúan, las compañías hicieron adaptaciones locales. Algunas permiten la venta de billetes a través de intermediarios y tienen más de una clase de servicio, o flotas mixtas, o un servicio de a bordo reducido, pero gratuito.

Después de un cierto tiempo, los medios de comunicación comenzaron a usar el término low cost/low fare para referirse a todas las aerolíneas que ofrecen tarifas menores junto con una reducción de los servicios ofrecidos, principalmente los de abordo.

En Brasil, la Gol fue la precursora de esas prácticas de gestión, adaptadas al mercado nacional, y consiguió excelentes resultados que son la envidia de otras aerolíneas brasileñas y extranjeras.

Con la llegada de las nuevas aerolíneas, las compañías tradicionales que ofrecían servicio de a bordo completo, varias clases de servicio en el mismo avión, billetes que permiten reservas por un largo tiempo, alteraciones y cancelaciones sin costos y buenas franquicias de equipaje, entre otros servicios, pasaron a sentir el peso de la competencia.

Varias compañías pasaron por procesos de reevaluación interna con cortes en los costos operacionales, costos que se intensificaron durante la crisis que siguió a los atentados del 11 de septiembre. Las compañías que ignoraron esta realidad acabaron cerrando.

En los últimos tiempos, varias compañías tradicionales han optado por un modelo híbrido. En rutas más cortas o regionales, han intensificado el uso de los aviones, intentado estandarizar las flotas, reducido o eliminado el servicio de a bordo, y han pasado a ofrecer tarifas más bajas con restricciones. En las rutas más largas o en las intercontinentales, mantienen el servicio completo. Muchas compañías que optaron por el modelo híbrido no encontraron su punto de equilibrio, ya que ni sus pasajeros frecuentes ni sus empleados se adaptaron bien a las nuevas condiciones.

A su vez, las compañías de bajo costo empiezan a cobrar por equipaje facturado y por la facturación (check-in) tradicional cuando existe la posibilidad de hacerlo por vía electrónico.

El término low fare se usa con frecuencia para referirse a empresas que ofrecen billetes más baratos que la media del mercado.

La realidad que todos los viajeros debéis tener presente es que no siempre una aerolínea de bajo costo o low cost es low fare; dicho de otra forma, no siempre ofrece tarifas mucho más bajas que las de la competencia. Pero los medios de comunicación usan esos dos términos como si fueran sinónimos.

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Category: aerolíneas, billetes

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