tres aeropuertos brasileños privatizados, ¿y ahora?

Finalmente fueron subastados los aeropuertos de Guarulhos (en São Paulo), Viracopos (en Campinas) y Brasilia. El interés suscitado por el concurso de adjudicación fue grande y se reflejó en una concesión que superó en 347% el valor evaluado (¿qué evaluación fue esa?).

Cada uno de esos aeropuertos va a ser administrado por un consorcio de empresas nacionales e internacional. Cada grupo ganador contenía un operador de aeropuertos.

• el grupo que ganó Guarulhos tiene como operador a la empresa ACSA, responsable por los aeropuertos de Johannesburgo y Ciudad del Cabo en Sudáfrica.
• el grupo que ganó Viracopos tiene como operador a la empresa Egis Avia, responsable por aeropuertos en Gabón, Costa de Marfil y la Polinesia Francesa.
• Brasilia quedó en manos de un grupo cuyo operador es Corporación América, responsable por varios aeropuertos, la mayoría de los cuales son argentinos.

Estamos tristes porque se han subastado aeropuertos sin antes definir el modelo de aeropuerto que se quiere. Se entregan a la iniciativa privada simplemente contando con que lo van a hacer mejor que cuando estaba en manos públicas, pero sin dejar claro qué queremos de ellos. Además, la Infraero (organismo público responsable por los aeropuertos) sigue teniendo una participación del 49% de los aeropuertos subastados. ¿Cómo van a convivir lo nuevo con lo viejo y burocrático?

¿Cuál será el modelo adoptador por las operadoras que ganaron las concesiones? ¿El modelo implantado en Gabón, en Tahití, en Ezeiza o en Johannesburgo (el único de los aeropuertos operados por esas empresas con presencia en el ránking internacional Skytrax, con tan solo tres estrellas)? ¿Un modelo Infraero mejorado? ¿O podemos soñar en que esos grupos se inspiren en grandes aeropuertos cinco estrellas como los de Singapur o Hong Kong?

Podrá haber aeropuertos mejores y que generen más beneficios pero, ¿será que el consumidor que ya paga muy caro por esos servicios va a acabar pagando todavía más? Un aeropuerto debe ser para el que lo utiliza (aerolíneas, trabajadores y pasajeros) y no solo para generar beneficios. Los beneficios deben ser una consecuencia del trabajo bien realizado.

Vale la pena también recordar que un aeropuerto solito no hace nada. Si no hay controladores de vuelo e inversiones en control del tráfico aéreo, personal de la Receita Federal o de la Policía Federal, enlaces con otras formas de transporte para salir del aeropuerto y principalmente una política pública clara sobre la aviación de nada va a servir tener aeropuertos bien administrados.

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